jueves, 21 de mayo de 2009

Sí, di; No, di.

Se supone que debería estar estresadísima y chillando por que no he acabado (y no llevo ni la tercera parte) el trabajo de investigación de semántica, es para mañana pero ¡írenme!, ando de lo más normal. Hasta me tomo mi tiempo para escribrir en esta cosa, pensé que la dejaría muy pronto... Bueno, no tan pronto. En fín.

Estaba (hace unos minutos... segundos) platicando con la mija Fanny, y al escribir "ira" en lugar de "mira" (sí, me gusta hablar y escribi mal, ¡y qué!) una neurona activó un recuerdo:

... Antes de entrar a la uni estaba estudiando inglés en una escuela chafísima con unos maestros chafísimas, pero hasta eso chistosísimos. Aconteció que en una de las conversaciones post clase (siempre nos reuníamos todos los mensos que no sabíamos inglés a fuera de la escuelucha a echar el chisme, como chamacos de secundaria. Sí, ¡y qué!) llega un maestririjillo a comentarle a mi maestririjilla (los dos eran mexicanos pero habían crecido en los iunáitet estéits; ella había vivido en Chicago y él en Texas) que había ido a un tianguis a comprar discos y que mientras entras observaba todo el material que estaba expuesto en la "mesita" escuchó a unos vatos conversar:

Vato 1: ¿No has escuhado ésta, di? - mostrándole un disco.
Vato 2: Nel.
Vato 1: ¿No, di? Está bien chida.
Vato 2: ¿Sí, di?
Vato 1: Simón, se parecen a los esos gays que le gustan a tu hermana

Entonces el chaval-maestro nos preguntó que qué significaba "no, di" y "sí, di"... ya medio brutamente mis compañeritos y yo le explicamos que era como decir "no me digas que no has escuchado esta banda", y las otras era como un "¿apoco?, no me digas" (todo se lo explicamos en español); pero como no entendía nos pidió una traducción y que le decimos: yes, say; not, say.

domingo, 17 de mayo de 2009

Mi localidad

Jaja, ese título me recordó los libros de mi primaria, de esos de la SEP que tiene temas como: "Mi Estado", "El Ecosistema", "El ciclo del agua", "Los pistaches no deben fallar". Me acuerdo que mi maestra de primero de primaria me daba miedo, estaba refea la doña (ayer mi bro me contó un chiste malo: "Era unda doña tan fea, pero tan fea, que cuando el diablo se iba a dormir dejaba la luz prendida". Dah!) , pero era requetebuena gente (tenía como unos 50 años, era morenaza y con cabellos casi color nieve. Se pintaba la boca de rojo carmesí. A veces cuando sonreía -qué cosa más fea de sonrisa- se le percibía un poco de labial en los dientes). Todos los chamacos se amarraban de brazos y piernas a las piernas de sus jefas pa' que no los dejaran ahí; chillaban a cántaros, moqueaban a cántaros, sus sopranos sollozos armonizaban el ambiente. Pero bueno, no iba a hablar sobre mi primer día de escuela. Y no, yo no chillé el primer día. En fín.

A lo que iba en este post es que, justo acabo de asomarme a la calle (sí, como doña metichota) a ver el "desfile" de mocositas para "reina de la capilla" (acontece que la colonia donde vivo parece más bien un pueblo: a unas tres cuadras está la capilla -ni a iglesia llega-, sólo han pavimentado una calle, el resto es empedrado, por las noches pasa un Don que vende camotes, a veces pasa una camioneta vendiendo leche bronca, y mis vecinos escuchan duranguense, arjona, alejandra guzmán, entre otras mierdas). Todavía ni abría la puerta cuando ya se oía la orquesta de claxons. La abrí y ya se divisaban los coches con globos de colores y el bulto sobre el techo del coche. Conforme se iban acercando se veía la jeta de felicidad de la primera chamaca, Viridiana creo que se llamaba. Vestido blanco y con una flor en la cabezota, atorada con su diadema... La tercera fue Karina, tengo pésima memoria pero no me olvidé por que sus mocositoamigos/hermanos/primos iban echándole porras a todö lo que daba su garganta; además, una de las chamacas que echaba porras hasta me señalaba con harta enjundía mientras gritaba "vota por Karina, vota por Karina", hasta se le desorbitaban los ojos. Su vestido rosa pastel, el coche también decorado con globos.
Luego pasó la cuarta, la quinta... ya la antepenúltima se acercaba muy lento: el coche se descompuso y los tíos, vecinos, amigos, compadres, etc., iban empujando el coche. El problema es que está un poco inclinada la calle que va a la capilla. Ya no me quedé a ver si llegó o no.


Tengo que decir que en esta tradición el fleco convexo y tieso es voluntariamente obligatorio.

La inauguración de mi nuevo blog...

Bien, ¡queda oficialmente inaugurada esta fregadera!


Ya pueden destapar las caguamas, digo la champagne.