Hace poco menos de 3 años que ya no trabajo, bueno, que ya no tengo un trabajo formal. Desde entonces gano dinero vendiendo bufandas, tomando fotos, haciendo invitaciones para cumpleaños y quince años... Sí, las manualidades no se me dan tan mal, creo. En fin.
El caso es que el jueves pasado fui a dejar mi solicitud de empleo. Pero antes, estaba con Nidia llenándola, le decía: Chale, mija, creo que esta vez tendré que mentir en mi solicitud de empleo. Si saben que estudio no me van a contratar. Seguimos contestando mi solicitud (amarilla, de papeleria) y en la siguiente pregunta decía: ¿Cuál es su principal meta en la vida?, e iba a responder: tomar todos los días, pero me dijo Nidia: eso no, mija, se trata de mentir. Entonces escribí: Llegar sobria al trabajo todos los días.
Luego de ir contestando la bobas preguntas nos acordábamos de los viejos tiempos, en los que salíamos de nuestras casa desde temprano (las 12.00 p.m. es considerado como temprano) con 5 solicitudes en un fólder y con un periódico; nos sentábamos en un parque, nos comprábamos una coca y trazábamos nuestra ruta… Sí, claro, trazábamos nuestra ruta… Luego de no dar con las dos primeras direcciones cercanas a la locación en la que nos encontrábamos, nuestras entrañas crujían e íbamos a comer: tacos, hamburguesas, churros con chorro de salsa… Y en una de esas terminamos en una esquina con una vieja fea leyéndonos la mano. Le habíamos dicho que no traíamos dinero, pero ella insistió y cuando le dimos apenas 20 pesos entre las dos se fue bien encanijada y nos dijo muchas groserías en su dialecto húngaro, jajajajajajaja.
Entonces, el jueves pasado no fue muy diferente… Bueno, en realidad sí, un poco. Fui a dejar mi solicitud y de regreso, en lugar de bajarme en la calle donde debería para llegar a mi casa, me fui a casa de Nidia, y sí: terminé comiendo churros con harta salsa again, pero esta vez con una jarrota de michelada cada quien… ya luego llegó Valeria y fuimos a comprar más cerveza… para que nos alcanzara y nos durara pa’ ver toda la segunda temporada de Sex and the City.
Por cierto, seguí mintiendo en mi solicitud de empleo: me inventé la dirección de Valeria y un poquito la de la mija Lilián, como no me las sé… Ash, además ni que fueran bien “escenciales” pa’ que me contraten. También quería poner que mi altura era mayor de la que tengo, pero ahí si me cacharían y seguro no me contratarían.
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¡Qué bonita anécdota, mija! Y me siento halagada de que me pusieras en referencias -porque ahí es donde me pusiste, ¿verdad?
ResponderEliminar¡UN ABRAZOTE!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSí, mija. Me inventé tu número y la colonia donde vives, pero la calle y tu nombre fueron escritos correctamente, jaja. Ud just don't worry.
ResponderEliminarPaseate e invita a todos tus amiguitos a pasearse por el mundo mas raro. O lo mas raro del mundo.
ResponderEliminarhttp://www.bruisebros.blogspot.com
Esta intenso.